Cuando llega el invierno, empieza la eterna batalla sobre el control de la temperatura. Parece que en cualquier entorno siempre hay quien tiene frío y quien tiene calor. Si hablamos de naves industriales, el tema todavía se complica más, ya que calentar un espacio de ciertas dimensiones y, sobre todo, mantener una temperatura estable, puede resultar bastante complicado.
¿A qué temperatura tiene que estar una nave industrial?
Para empezar, debemos ver a qué temperatura tiene que estar la nave industrial. Según el INSHT (Instituto Nacional de Seguridad de Higiene en el Trabajo), en invierno la temperatura en un lugar de trabajo cerrado tendría que estar entre los 20º y los 24º, con una humedad relativa del aire entre el 30% y el 70%, y una velocidad máxima del aire de 0,1 m/s, aunque sea aire caliente.
El INSHT matiza que el bienestar térmico depende tanto de factores subjetivos, como de las características fisiológicas y psicológicas de la persona, como del equilibrio térmico global, que depende de factores objetivos como las condiciones termohigrométricas del ambiente, la ropa de la persona y la actividad física que lleva a cabo.
Según diferentes fuentes, en general se calcula que para un espacio de trabajo de unos 200-250 m2 hace falta una potencia de 10.000 Kcal/h, para un diferencial de temperatura de 20º y un aislamiento normal.
Por lo tanto, habrá que determinar qué potencia necesitamos para conseguir esta temperatura ideal para nuestra nave industrial, en función de las medidas de la nave, la temperatura externa, la temperatura deseada y el tipo de aislamiento.
También hay que tener en cuenta factores más específicos, como si la actividad de la nave industrial requiere manipular alimentos u otras materias que necesiten una temperatura ambiental determinada en algunas zonas, si hay maquinaria que emita frío o calor, o qué condiciones de ventilación nos aplican para la prevención del COVID-19.
Sistemas de calefacción para una nave industrial
Una vez tenemos claras nuestras necesidades específicas, debemos escoger el sistema que mejor las resuelva entre las muchas opciones que ofrece el mercado. ¿Qué podemos encontrar?
Calentadores eléctricos
Los calentadores eléctricos o estufas industriales utilizan como fuente de energía la electricidad. Como ventajas, se trata de sistemas que calientan el ambiente de forma rápida, limpia y segura. Al no emitir gases se pueden instalar en espacios cerrados y son respetuosos con el medio ambiente.
Por ejemplo, los radiadores eléctricos para naves industriales pueden ser una opción eficiente, aunque funcionen mejor en espacios más reducidos. Hay calentadores por infrarrojos eléctricos adecuados para naves y almacenes, que no necesitan tiempo de calentamiento previo y se pueden encender solo cuando hay personas trabajando.
Otra opción son los sistemas de infrarrojos que ofrecen calor puntual, de forma rápida y directa, sobre las personas, sin necesidad de calentar el ambiente. Puede ser una buena opción cuando las personas no se tienen que desplazar, ya que supone un gran ahorro energético.
Calentadores de combustión
Su fuente de energía son el gas o el gasoil, y son los que proporcionan más potencia calorífica, por encima de los eléctricos. Los de combustión directa se suelen utilizar en espacios abiertos o al aire libre, pero no son adecuados para espacios cerrados donde haya personas o animales. Los de combustión indirecta son más adecuados para espacios cerrados y con una gran afluencia de personas, por lo que pueden ser una buena opción para calentar naves industriales cerradas y con un elevado número de trabajadores.
Los generadores de aire caliente o cañones de calor son sistemas de calentamiento por combustión que lanzan aire caliente al entorno. Pueden tener un rendimiento aceptable en una nave no demasiado alta, ya que el aire caliente tiende a subir y dejar el aire frío en la zona inferior, donde están los trabajadores.
Otro sistema de combustión muy eficiente son los radiadores eléctricos a gas, que tienen el mismo rendimiento que los radiadores eléctricos tradicionales, pero funcionan con gas. Se trata de un sistema de bajo consumo que consigue una temperatura ambiental muy confortable.
En definitiva, hay que determinar muy bien las necesidades de climatización en función del tamaño y el aislamiento de la nave, la actividad que se desarrolle, y la temperatura externa y la deseada. Como recomendación, siempre que sea posible, hay que evitar someter a las personas a cambios bruscos de temperatura, e intentar que trabajen en un entorno térmicamente confortable.
Fuentes: Suministro Intec, Metmann, INSHT.