
La elección de una nave logística es mucho más que una simple operación inmobiliaria. Es una decisión que afecta directamente a la operativa, la logística e incluso la estrategia a medio plazo de una empresa. Para entender mejor cómo afrontar este proceso, Miquel Garrido, del Departamento Comercial de Masachs Industrial, nos habla de los criterios clave y errores más habituales a la hora de comprar o alquilar una nave de estas características.
Miguel, cuando una empresa os contacta para encontrar una nave logística, ¿qué es lo primero que les decís?
Lo primero que hacemos es escuchar. Cada empresa tiene unas necesidades logísticas y operativas muy específicas. Por eso, nuestro enfoque siempre es personalizado. Pedimos información sobre el tipo de producto que gestionan, el volumen de movimiento diario, si necesitan muelles de carga, si tienen flotas propias, si valoran más la accesibilidad o espacio de almacenamiento… También preguntamos por la previsión de crecimiento. Todo esto nos ayuda a realizar una preselección mucho más ajustada a la realidad del cliente.
El eterno dilema: comprar o alquilar. ¿Cómo aconsejáis tomar esta decisión?
Ésta es una de las grandes preguntas. No hay una respuesta universal, pero sí que hay indicadores que pueden ayudarnos. Si la empresa busca estabilidad, tiene recursos propios y tiene claro que permanecerá en la zona durante muchos años, comprar puede ser una buena inversión. Ahora bien, comprar implica compromiso: hipotecas, gastos de adecuación, impuestos… Es una decisión más a largo plazo.
En cambio, alquilar da flexibilidad. Es ideal para empresas en expansión, que todavía están definiendo su crecimiento o que pueden necesitar trasladarse. También es una opción interesante si se desea evitar inversiones iniciales elevadas. Al final, depende del momento estratégico de la empresa, no sólo del balance económico.
¿Qué características debe tener una nave logística óptima hoy en día?
Por lo general, buscamos naves con buena altura libre (mínimo 9-10 metros), con acceso por trailers y muelles de carga bien distribuidos. También es importante la calidad de la pavimentación, la eficiencia energética, la seguridad y la posibilidad de sectorizar el espacio interno. Y cada vez más, los clientes piden ubicaciones bien comunicadas, con acceso rápido a las principales vías, y también cerca de zonas urbanas para facilitar la contratación de personal.
¿Existe algún error recurrente que cometen las empresas durante este proceso?
Sí, hay varios. Uno de los más habituales es quedarse sólo con el precio por metro cuadrado. Esto puede perder de vista otros factores igual o más importantes: accesibilidad, costes de mantenimiento, adaptabilidad a normativas, servicios auxiliares, etc. También ocurre a menudo que se infravalora el tiempo y el coste que puede suponer adecuar una nave a las necesidades de la empresa, sobre todo cuando se trata de naves de segunda mano.
Y otro error común es actuar con prisas. A veces una empresa se ve obligada a trasladarse rápido y toma decisiones apresuradas. Siempre recomendamos planificar con margen y estudiar bien las alternativas.
¿Cómo acompañáis a los clientes desde Masachs Industrial en todo este proceso?
No nos limitamos a enseñar claves. Nuestro servicio va mucho más allá. Acompañamos al cliente en todo el proceso: desde el planteamiento inicial hasta la firma del contrato, sea de compra o de alquiler. Estudiamos la viabilidad de cada opción, ponemos en contacto con técnicos y arquitectos si es necesario, asesoramos jurídicamente y nos encargamos de la negociación con la propiedad.
También tenemos muy presente el contexto legal y urbanístico, porque a menudo una nave puede parecer ideal pero después no tener la licencia de actividad o uso adecuado. Nosotros ya filtramos estas opciones antes de enseñarlas al cliente.
¿Hacia dónde van las tendencias del sector? ¿Qué buscan actualmente las empresas logísticas?
Vemos una creciente demanda de naves con eficiencia energética, placas solares, sistemas de gestión automatizada y preparadas para la robotización. También se busca cada vez mayor proximidad a los núcleos de consumo, para reducir tiempo y costes logísticos. Esto está generando mucho interés en naves situadas en zonas periurbanas con buenos accesos.
También se está consolidando el modelo last mile, especialmente para empresas de e-commerce, que buscan espacios más pequeños pero muy bien ubicados.
Por último, ¿qué recomendarías a una empresa que está empezando a buscar nave logística?
Que defina muy bien sus necesidades presentes y futuras, que valore todas las opciones con calma, y sobre todo que se asesore por un equipo con experiencia. Una nave no es sólo una estructura, es una herramienta clave para el buen funcionamiento de la empresa.