Acaba de publicarse la noticia de que Barcelona es la segunda ciudad portuaria más atractiva para inversión logística en Europa, solo por detrás del puerto de Rotterdam. Según el EPLOI (European Port Logistics Opportunity Index), el crecimiento del comercio internacional ha aumentado la capacidad del puerto de Barcelona en un 70% en los últimos cinco años. El tercer puesto lo ocupa el puerto de Valencia, una buena noticia para la actividad logística en el Mediterráneo.
Pero, ¿en qué se traduce esto exactamente?
De entrada, es una gran noticia para el sector logístico industrial, e incluso afirmaría que para el sector industrial en general. Estas inversiones supondrán un nuevo impulso para la economía, ya que abrirán la puerta a nuevos mercados y fomentarán las industrias satélites cerca del puerto.
Además, esperemos que tengan respuesta a nivel institucional, con políticas a nivel local que potencien la actividad industrial, o con recalificación de terrenos para la construcción de naves industriales y almacenes logísticos, por poner algunos ejemplos.
Como explica Gloria Valverde, directora de Industrial-Logístico en Savills Aguirre Newman Barcelona, «la consolidación de la Zona de Actividades Logísticas del Puerto de Barcelona, la escasa disponibilidad en la zona centro, así como el nivel de rentas alcanzado, está favoreciendo la consolidación de otras zonas y la creación de nuevas centralidades a lo largo de los principales corredores logísticos. Tal situación potencia el interés de los inversores en nuestro territorio al ofrecer rentabilidades comparativamente más altas con respecto a otras ciudades europeas».
Dado que el terreno en el área de Barcelona es cada vez más escaso y con precios muy elevados, esta actividad industrial se traslada en parte —de hecho, hace ya un tiempo que lo está haciendo— a zonas cercanas a Barcelona ciudad, e incluso a la tercera y cuarta coronas en zonas situadas en el corredor del Mediterráneo, como puerta de entrada para el transporte al resto de Europa.
Como he comentado, una gran noticia para la industria, ya que la inversión tiene un papel destacado en la recuperación y consolidación del sector industrial, y puede contribuir a impulsar políticas públicas para revertir la escasez de suelo industrial para edificar, y para renovar el producto industrial obsoleto, que supone un lastre para la actividad del sector.