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Las chimeneas como patrimonio histórico industrial de Cataluña

Las chimeneas industriales forman parte del horizonte visual de muchas ciudades y poblaciones de Cataluña, especialmente en lugares como Terrassa o Sabadell, que históricamente habían sido centros neurálgicos de la industria catalana. En los siglos XIX y XX, con la llegada de las máquinas de vapor, se hizo necesario un conducto que diera salida al humo producido por la combustión de las calderas de vapor, los hornos cerámicos o los tejares de ladrillos. La llegada de la electricidad hizo abandonar progresivamente los sistemas de vapor, pero muchas de las chimeneas permanecieron como símbolo de la expansión industrial.

Para muchas personas, son bien reconocibles las altas estructuras de ladrillo troncocónicas, a menudo llamadas «obeliscos industriales», que a día de hoy se pueden encontrar en medio de plazas o como parte de museos y edificios singulares de diferentes poblaciones.

Aunque con el cierre o traslado de muchas empresas industriales hay una gran cantidad de chimeneas que fueron derruidas, muchas aún perduran, ya que se incluyeron en el listado del Inventario del Patrimonio Arquitectónico Catalán, por lo tanto están protegidas, quizás no tanto por su valor arquitectónico, sino según se indica, porque «las chimeneas en desuso pasan a formar parte del mobiliario urbano como hito visual y como monumento a un pasado histórico».

Por ejemplo, en Terrassa había habido más de 200 chimeneas industriales a principios del s. XX, pero sólo se conservan 24, como la del Vapor Aymerich, la Saphil o Anónima, la situada en el Vapor Busquets o la Bòbila Almirall, muy espectacular por las escaleras exteriores que la rodean. En Sabadell se conservan 45, algunas de las cuales todavía forman parte de conjuntos industriales (activos o no), mientras que otras se encuentran en plazas o parques, o en plazas interiores. Otras poblaciones, como Olesa de Montserrat o Igualada, también han conservado chimeneas industriales y las han incluido en la lista del Patrimonio Industrial de Cataluña.

En Barcelona, un proyecto del geógrafo Brian Rosa fotografió 67, la mitad de las cuales se encuentran en el barrio de Poblenou, que se consideró el Manchester catalán por su intensa actividad industrial.

 

A pesar de que hoy en día están protegidas, en su momento las chimeneas se construyeron con una finalidad meramente funcional, por lo que mucha de la información respecto a su construcción, como la denominación correcta de cada chimenea, los planos originales, la fecha de construcción o quienes fueron los ingenieros y constructores, se ha perdido.

Además, no es sólo el abandono de los antiguos sistemas de producción industrial lo que hizo caer en desuso e incluso desaparecer muchas de las chimeneas de las fábricas, hay algunas patologías que afectan a su integridad, como la aluminosis , o bien una fabricación deficiente, los incendios o la exposición a las inclemencias del tiempo. Sin embargo, ahora que la mayoría están catalogadas como patrimonio, se conservan y restauran cuando es necesario.

¿Te habías fijado alguna vez si dónde vives hay chimeneas industriales? En algunas ciudades existen incluso rutas a pie para visitarlas.

 

Fuentes:

Pere Masachs
Socio director de Masachs Industrial

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